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Quieres subirte al tranvía del estilo de vida sostenible, por consiguiente, ¡apuesta ya por lo natural! Puede ser el momento de embellecer el interior de tu casa, tienda, cafetería, oficina etc. introduciendo muebles y objetos que lleven su sello, el sello de lo genuino y auténtico. Lo natural es confortable, saludable, solidario, y agradable a la vista y al tacto.
Se trata de decantarse realmente por materiales que procedan de una fuente renovable natural. Este estilo propone el uso de materiales que son biodegradables y por ello son también más saludables y duraderos.
Además de «respirar» contigo, resultan cálidos y acogedores. La mayoría, aunque no siempre, provienen de especies vegetales que se encuentran de forma abundante en la naturaleza.
Es sostenible decorar con muebles, alfombras, y objetos realizados con materias tan naturales como:
El barro, el bambú, el sauce mimbre, la paja, la madera, la piedra, el hierro, el bronce, la hoja de plátano, el palmito, el esparto, el ratán, el lino, la fibra de coco, las hojas de de maíz, el jacinto de agua, el cáñamo, el sisal, el yute, la anea, la lana y otros.
Tus posibilidades decorativas en este estilo son poco menos que infinitas.
Las materias biodegradables forman parte natural de nuestro entorno. No siempre se utilizan solo en su tierra de origen, los avances tecnológicos han hecho posible que la exportación e importación de productos sea algo habitual hoy en día. Esto afecta también y mucho a la cuestión de los objetos de decoración sostenible. Son durables, biodegradables y saludables.
Aunque en algunos casos la materia biodegradable que forma parte de los artículos de nuestra vivienda proceda de lejos, siempre la sentiremos más cercana que un objeto de material sintético o artificial producido al lado de casa. Esto es así porque es natural. Las fibras naturales se perciben como algo familiar, parte normal de la dinámica de la naturaleza de la cual estamos hechos. Esta es la razón por la que favorecen tanto el diseño de espacios con claro poder reconfortante, recuperador, cálido y renovador.
¿Cuál es el origen de las principales materias naturales que decoran nuestros hogares? Te proponemos dar un paseo por sus tierras de origen y conocer sus características y su aspecto en la planta. De momento, te ofrecemos conocer un poco dos de ellas.
El sisal es una fibra natural que procede del Agave sisalana, nativo de Méjico. Crece en áreas calientes, también en zonas secas que no sirven para otros cultivos. Por ello se cultiva en países variados, como Kenya, Brasil, China, Cuba, Haití, Madagascar y México. El principal productor es Brasil, seguido de Tanzania y Kenia.
La planta tiene la forma de una roseta de hojas con forma de espada, de entre 1,5 y 2 metros de alto. Luego de la cosecha, sus hojas se cortan y aplastan para separar la pulpa de las fibras, que miden alrededor de 1 metro de longitud. Es una fibra brillante y de un color blanco cremoso. Es basta, dura fuerte, durable y alargable.
No absorbe humedad fácilmente, resiste el deterioro del agua salada, lo que la hace atractiva para artículos destinados a zonas costeras. Tiene una textura superficial fina que acepta una amplia gama de teñidos. En la foto, de hadithikenya, podemos ver el efecto de tintes naturales en cestas de sisal.
El sisal es utilizado en cordeles y sogas, tejidos resistentes para bolsas, cestas y canastos. También se teje para manteles individuales y bajo-platos. Es cálido y muy recio como alfombra. Tiene la cualidad de resistir la humedad mejor que el yute. Actualmente también se está utilizando en papel especial, filtros, geotextiles, colchones, y papel de colgadura.
Para ampliar tu información sobre el cultivo y trabajos del sisal en Kenya, te recomendamos visitar la web de la que proceden estas imágenes, que son cortesía de https://www.hadithikenya.com/sisal-baskets-1/
El yute es una fibra natural que puede provenir de una de dos plantas arbustivas: Corchorus capsularis o Corchorus olitorius. Ambas miden de 2 a 4m de altura y crecen sólo en climas tropicales, o sea, cálidos y húmedos. El ochenta por ciento de la producción mundial de yute procede de India y Bangladesh.
Para preparar la fibra se cortan los tallos cerca del suelo, se atan en fajos, y se espera unos días hasta que se secan. Luego se les retira las ramitas y las hojas, y se atan de nuevo en forma de fajos que sumergen en agua corriente limpia, a unos 30 grados durante dos o tres semanas. A este proceso le llaman «enriado». Después se hila; por lo general en hilos gruesos o medianos de hasta 4 metros.
Con el yute se tejen esteras, tapices, alfombras y linóleo. También arpilleras para sacos, bolsas, individuales de mesa, cinchas y cordelería. El yute es más frágil que el lino y el cáñamo.
Te vamos a ofrecer imágenes de objetos de uso cotidiano que se elaboran con esta materia natural. Quizás te sorprendas al descubrir lo cerca que está de nosotros. Especialmente si optamos por una vivienda sostenible, o sencillamente si somos amantes de lo natural en el hogar.
El uso de fibras naturales y la inclusión de plantas en el hogar, como sabemos, no son algo nuevo. Sin embargo sí lo es la razón por la que ahora se están promoviendo ambas costumbres a nivel económico y social, ya que se debe a una emergencia global por recuperar un desarrollo sostenible. Hasta no hace mucho tiempo este tipo de decoración era habitual.
Los hogares durante siglos se han vestido con sencillez de las materias que procedían del paisaje y animales del entorno.
Los artesanos influidos por los gustos del momento y las tendencias artísticas de la época, realizaban muebles y objetos útiles o decorativos que acompañaban la vida del hombre. La historia del arte deja ver el fruto de sus manos plasmado en diversidad de objetos.
En efecto la historia de la humanidad refleja en el hombre una naturaleza sensible a la belleza, y en la cual se recrea. Esta forma de ser se percibe, entre otras cosas, en el modo en que normalmente ha cuidado y embellecido su entorno y en el legado artístico que ha ido y va dejando a su paso por la vida.
De la Prehistoria (25000-3000 a.C.) nos han llegado pocos objetos decorativos por la fragilidad de los materiales.
En la época Época antigua (3000-300 a.C., Egipto y Mesopotamia) se realizaban ya bellísimos espacios y mobiliario para palacios y templos.
En la Edad Clásica (1000 a.C- 300 d.C.) griegos y romanos plasmaban su arte en tejidos, mobiliario y decoraciones de palacios y templos. Esculpían grandes esculturas y pinturas, adquiriendo por entonces nuevos colores para sus obras como el púrpura.
En la Edad Media (300-1400) se dieron expresiones artísticas tan profundas como el románico y el gótico. Los artistas plasmaban en la arquitectura de las iglesias y en pinturas, muebles, tejidos y tapices su sensibilidad por la belleza y su sentido del Infinito.
En la Edad Moderna (1400-1800) corrientes como el Renacimiento, el Barroco y el Neoclásico dejaron también su propia huella de gran intensidad y potencia.
La grandeza del hombre se deja ver en cada una de sus obras de arte a lo largo de la historia.
En la Edad Contemporánea nos encontramos ante una sociedad cuya forma de vida se ve sometida a cambios importantes en poco tiempo.
La concepción del mundo pasa a ser antropocentrista y tiene lugar la revolución industrial con cambios estructurales sociales.
Después de la segunda guerra mundial, sobre los años 50, estalla el consumismo.
La concepción del mundo y de la vida se ha visto reflejada en cada etapa artística, expresándose también en el modo de decorar los espacios, de fabricar muebles, de elegir colores, texturas, telas…
Las obras de arte arquitectónicas de escultura o de pintura han quedado como patrimonio cultural de la humanidad.
Por esa época -años 50- empieza a perfilarse la figura del interiorista. Aparece la decoración de interiores como actividad profesional con amplia aceptación social. Su finalidad, desarrollar el diseño y creación de espacios que sirvan a las necesidades y expectativas de sus usuarios en cuanto a funcionalidad y estética, venía a perfeccionar la relación del entorno con sus habitantes.
El interiorismo utiliza pautas de diseño, conceptos ambientales, económicos, legales y sociales.
Desde su aparición hasta hoy la decoración de interiores ha mostrado una evolución ininterrumpida, durante la misma ha ofrecido propuestas ricas en diversidad de elementos y estilos. Ha expresado con fidelidad y creatividad las distintas etapas por las que ha ido transcurriendo la vida de nuestra sociedad.
En el año 1600 a.C culturas antiguas mesoamericanas procesaban ya el caucho natural en objetos sólidos como bandas para atar cabezas de hacha a los agarradores de madera.
Sin embargo, fue en el siglo pasado cuando empezaron a incluirse por primera vez materias similares al caucho pero sintéticas y por tanto no naturales, en el diseño de los espacios interiores y exteriores. Las principales fueron las fibras sintéticas y el plástico.
De la mano de Swan en 1885 nace en Londres la primera fibra sintética, el rayón, a la cual llamaban «seda artificial». En 1889 se comercializaba por primera vez. El éxito condujo a la investigación y creación de otras fibras similares, como el acetato (1893) y el nylon al cual llamaban «la fibra milagrosa» (1931). La fibra acrílica aparecía en la década de 1950, y con ella el poliéster.
El plástico habitual está constituido por una variedad de compuestos orgánicos, sintéticos o semisintéticos y usualmente sintetizado a partir de derivados químicos del petróleo (petroquímicos).
Es un material no biodegradable, sin embargo, a pesar de ello, su uso se ha ido haciendo extensivo y actualmente abunda en todas las viviendas y también en la industria.
Los objetos realizados con este material se hicieron cada vez más frecuentes a lo largo del siglo pasado. Esto es debido a su versatilidad, fácil fabricación y bajo coste. El plástico tiene la propiedad de ser maleable, se puede moldear en objetos sólidos de diversas formas, lo cual le otorga una gran variedad de aplicaciones. Por este motivo continúa utilizándose para mobiliario y complementos de diseño, sobre todo para tecnología contenedores de pequeño tamaño y organizadores de espacio.
Por la trascendencia que tuvo el invento de este tipo de material vamos a dedicar en otro artículo un pequeño espacio a explicar su origen, propiedades, ventajas y desventajas. También vamos a exponer las razones por las que conviene establecer nuevas tecnologías en cuanto a los procesos de su reciclaje o recuperación. Por otra parte veremos que es interesante seguir investigando en el desarrollo de materiales plásticos biodegradables como son los procedentes de almidón de yuca o de maíz, cuya fabricación es compatible con el cuidado del medio ambiente.
Un delicioso desfile de artículos y complementos sostenibles y saludables.
Sus confortables fibras vegetales tienen el encanto de “respirar” con el ambiente en que las sitúas y crear una atmósfera personal, distendida, actual y renovadora.
Son productos artesanos, en cada uno de ellos alguien bajo nuestro mismo cielo ha parado el tiempo para crearlos utilizando bambú o madera, cáñamo, sisal, hoja de maíz, anea, esparto, yute o lino...
Cada pieza llega a tus manos tras un largo proceso de relación con la tierra, el agua y el sol. Recolectando, secando, diseñando, trenzando, o tallando …Y es para ti. Disfrútala y recuerda que esa persona al crearlo pensaba en tu hogar sin conocerlo y soñaba tu espacio, para cuidarlo.
Juliette Decor promueve el desarrollo sostenible.
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